¡Mamá, me voy de viaje!

Una reflexión de una viajera en el día de la madre.

Escrito por: +Brenda Navarro 

Mientras caigo en el convencimiento publicitario de lo que debería regalarle a mi mamá en su día, a pesar que me he dedicado muchos años a la publicidad, yo también me dejo atrapar por las redes del consumismo.

Así que finalmente decidí que sería mejor dedicarle un mensaje, poniéndome un poco reflexiva sobre el verdadero significado de una fecha como esta, arraigada a una realidad que vivimos muchos de nosotros cuando vamos creciendo, donde solo valoramos lo que tenemos cuando realmente nos alejamos de esas personas que tanto queremos, nuestros padres.

Siempre me encantó ser independiente, hacer mi vida como yo quisiera, y donde quisiera, desde muy adolescente tuve que ir mudándome de un lado a otro, y a veces no pasaba mucho tiempo con ellos, pasaban los años y a mi mamá cada vez la veía menos, pero de alguna forma el estar en el mismo país siempre me hacia contactarla, visitarla y buscar la forma de poder estar con ella.

Cuando me tocó realizar mi primer viaje fuera del Perú por varios meses, con la emoción, solo pensaba en ¡irme ya!, conocer gente nueva, en las futuras fiestas, los lugares que visitaría y esas cosas que una joven siente cuando a tus 21 años, tu papá decide regalarte un intercambio estudiantil por muchos meses. Nunca imaginé que podría encontrar algo más.

Luego de unos 3 meses de estudios y diversión, el bichito de la nostalgia empezó a tocar mi puerta, empecé a sentir que a mi vida le faltaba esa ternura que los amigos no complementan, ese instinto de protección que siempre buscamos en nuestros padres y no importa que tan grandes podamos estar, tan solo saber que tu mamá estará ahí para escucharte y abrazarte te calma en momentos difíciles, ya sea por salud, problemas de estudio, trabajo, entre otras cosas.

En esos viajes, en 2 oportunidades, estuve en peligro, la primera vez fue en una montaña donde un viento fuerte estuvo apunto de llevarme al abismo, y tuve que luchar contra el viento y agarrarme de una roca misma película de Hollywood para no caerme, y la otra fue rumbo a Italia, el avión donde viajaba tenía inconvenientes y se bajaba levemente al mar, afortunadamente el piloto pudo a tiempo levantar el avión. En ambos casos no se si le tenía tanto pánico a morir, pero si recuerdo muy bien que lo primero que venía a mi cabeza era pensar en ellos.

 Aun así, sabiendo que volvería en meses, nunca extrañé tanto a mi mamá como cuando estuve realmente lejos de ella. El tiempo restante, reflexionaba sobre el porqué cuando estaba aquí no la visitaba seguido, no la llamaba tanto. Cosas tan simples, pero que necesitas vivir para que puedes comprender.

Como era de esperarse, al regreso de ese viaje maduré mucho más la relación con mi mamá, y tal vez ella no cambió nada conmigo, siempre fue la misma mujer amorosa que a su manera me quería, pero la que aprendió más a valorar su existencia en mi vida fui yo y siempre le estaré agradecida por el simple hecho que me dio la oportunidad de nacer y crecer a su lado. 

"Mamá, un día te llevaré a uno de mis próximos destinos. Sé que no te gusta viajar mucho pero ya veré la forma de convencerte. Veras que es divertido y no es tan peligroso como piensas".






1 comentarios :

cuculi said...

lindo!!!!!!!!!!!!